En los tiempos que corren, cuando en Hollywood se decide producir una serie sobre la vida de Jesús, uno siente, por lo menos, curiosidad. Si, además, una televisión pública decide emitirla, es imperativo preguntarse por qué. Hace unos días recibíamos la noticia de que la conocida serie The Chosen, que ya va por la cuarta temporada, va a emitirse en la 1 de Televisión Española. Son muchas las voces de elogio y alabanza, incluso voces de obispos católicos, hacia esta serie de producción y reparto multi-confesional, pero no ha estado exenta de polémica por ciertos contenidos de la serie y del aparato mediático de prensa y redes sociales que también forma parte de ella.

Lo que sí está claro es que esta serie es un vivo ejemplo de la necesidad que tenemos los católicos de estar alerta y, como dice la primera carta a los Tesalonicenses 5, 21, examinarlo todo y quedarnos con lo bueno. Examinarlo todo, ya sean libros, contenido audiovisual, nuevas ideas y corrientes teológicas, apariciones, profecías o revelaciones. Y eso quiere decir estudiarlo todo a la luz de la Fe, ya que no todo lo que parece ser bueno, lo es y el catecismo nos enseña en el punto 1789 que nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.

La Iglesia ha tenido siempre la potestad y el deber de llevar a cabo ese examen, con prudencia y diligencia, y así lo ha tratado de hacer durante toda su historia. La Iglesia siempre ha combatido las herejías de todo tipo, condenando cualquier teoría sobre Jesús que se alejara lo más mínimo del Jesús del Evangelio. Por ese mismo motivo y a modo de ejemplo, el diario de Sor Faustina Kowalska sobre la Divina Misericordia, estuvo en el índice de libros prohibidos. Ahora, ella es Santa Faustina Kowalska y la Misericordia de Dios no sólo ha sido reconocida, sino que es un pilar de nuestra Fe; Tanto, que el demonio está, en estos tiempos y desde hace algunas décadas, deformando esta divina característica para hacernos creer que todo vale, que al final Dios no puede condenar para siempre, pues esa no es la lógica del Evangelio, que el infierno está vacío o directamente no existe… Y un largo etcétera de ideas contrarias a nuestra Fe.

Desde que Jesucristo vino al mundo a cumplir su misión salvadora y redentora de la humanidad, el demonio ha intentado desfigurar su imagen, su naturaleza y su misión, para dificultarnos o impedirnos encontrar la salud espiritual que de Él mana y poder alcanzar la salvación que compró con su Sangre Preciosa. Por eso, a lo largo de la historia ha habido numerosas herejías que buscaban deformar la imagen perfecta de Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre.

Dentro de este intento de difuminar a Jesús hemos visto muchas películas, libros, artículos, y otros contenidos que nos han mostrado un Jesús deshumanizado o desdivinizado. Vienen a la cabeza producciones como “Jesucristo Superstar” o “La última tentación de Cristo”, proyectos con una intención claramente perversa y nada edificante. 

En cambio tenemos buenos ejemplos de recreaciones audiovisuales de la vida de Jesús, como la bien conocida película de la Pasión de Cristo u otras películas que de alguna manera muestran una parte de ella, como la galardonada Ben Hur. Está claro que se puede hacer algo bien hecho sin tratar de inventar la rueda, porque como nos dice la Escritura en Hebreos 13, 8: Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. No os dejéis llevar de acá para allá por doctrinas abigarradas y extrañas.

Dicho esto, la pregunta que hay que hacerse entonces es: ¿Dónde se sitúa la serie The Chosen? ¿Tiene algo contrario a la Fe? ¿Es recomendable ver esta serie para un católico? Vamos a examinar algunas escenas de la serie a la luz de la Fe y la Verdad:

Una de las características de la serie que más atrae a los espectadores, y que es una intención explícita de sus creadores, es mostrar la historia desde una visión íntima y personal, centrándose en lo humano y corriente. Parece que a la gente le gusta ver a un Jesús cotidiano, que ríe, llora, se cansa, sufre… En este sentido, hay por lo menos un par de escenas en la serie que llaman la atención, porque presentan a un Jesús tan humano, que parece no gozar de la característica de Dios que es la Sabiduría perfecta. Porque ¿acaso Dios se puede equivocar? ¿O acaso la pobre sabiduría humana (la cual también nos viene de Dios) puede enseñar algo a la Perfección de Dios? La respuesta, según The Chosen es “sí” a las 2 preguntas.

Por una parte tenemos una discusión entre San Juan Bautista y Jesús, hecho nada verosímil en sí mismo, sobre Herodes. En esa discusión, es Jesús el que aconseja a su primo que tenga cuidado con lo que dice, pues puede acarrearle problemas. Eso, dicho por Jesús, que en el Evangelio abiertamente llama hipócritas a los fariseos y doctores de la ley, que no tiene problema en echar a latigazos a los mercaderes del templo o que dice de Juan Bautista que es el más grande nacido de mujer, aprobando por lo tanto su conducta, nos muestra que esa conversación que muestra la serie es un total disparate. Además, el mismo Jesús llama zorro a Herodes en Lucas 13, 32. Pero el diálogo va más allá y vemos al Jesús de la serie citar al Rey David, vemos al Bautista rebatir fácilmente a Jesús, y a Jesús reconocer que el Bautista tiene razón, que ha sido una “mala analogía”. Jesús, que es la Sabiduría Perfecta, plasmada en su impecable enseñanza, y que justamente es Maestro de las parábolas, la serie nos lo muestra equivocándose y haciendo una mala analogía.

En otra ocasión tenemos una escena en la que Jesús está preparando el discurso de la montaña. Incluso vemos al mismo Jesús pidiendo consejo a sus apóstoles sobre cómo hacer el discurso. Y cabe preguntarse: ¿Necesitaba el Verbo de Dios de notas para expresar el Pensamiento del Padre? ¿O era tan humano, que se ponía nervioso al hablar ante tanta gente?

Parecen tonterías puntuales, pero estos son dos ejemplos claros de cómo la serie merma o directamente quita la naturaleza divina a Cristo, aunque sea por momentos, para hacerlo un simple hombre como tú o como yo, pero algo más bueno. Ante esto las Sagradas Escrituras, la Sana Doctrina y el Magisterio son claros: Cristo es Dios verdadero y Hombre verdadero.

Seguimos con una escena muy significativa en la que Simón-Pedro, hablando con su mujer, le dice algo así como que “ahora es el momento de tener hijos”. Como vemos en multitud de pasajes de la Biblia, para los israelitas de ese tiempo (y en toda su historia) el no tener hijos era considerado una maldición de Dios y, en cambio, una prole abundante era señal de poseer la bendición de Dios. Todas estas ideas de planificar la familia, buscar el momento oportuno para tener hijos y toda esta ideología maligna que sutilmente busca dañar la plena confianza en Dios viene de la sociedad occidental del siglo pasado, pero aquí parece que el feminismo y el modernismo ya existían en la sociedad israelita del siglo I.

Vamos con el tercer ejemplo, que es bastante más significativo, y es que en la serie vemos cómo el personaje de la Madre de Jesús relata cómo fue el parto de su hijo. Ella explica que fue como un parto normal, bastante asqueroso y doloroso.

Como católicos, ¿podemos ver y escuchar esto y quedarnos indiferentes? ¿Podemos pasar por alto esta pequeña anécdota que de un plumazo atenta contra por lo menos 10 verdades de nuestra Fe? ¿Justificamos que abiertamente se ridiculice la Virginidad de María y la verdadera Divinidad y Humanidad de Jesús?

Para quien piense que estos ejemplos son pequeños, que tienen poca relevancia o que no pueden afectar a nuestra Fe, le digo lo que dijo el Papa Leon XIII en su encíclica Satis Cognitium, en el punto 17:

«Nada es más peligroso que esos heterodoxos que, conservando en lo demás la integridad de la doctrina, con una sola palabra, como gota de veneno, corrompen la pureza y sencillez de la fe que hemos recibido de la tradición dominical, después apostólica»” 

León XIII habla de conservar la integridad e introducir una gota de veneno, pero lo que hacen las nuevas corrientes pseudo-teológicas, muchas declaraciones públicas de personas que se dicen católicas, incluso algunos documentos oficiales y, como hemos visto, la serie The Chosen, es corromper abiertamente y sin miramientos los fundamentos de la Fe que profesamos.

Lo que hemos visto son solamente tres ejemplos de cómo se están introduciendo verdaderas herejías en la cultura popular, haciendo que, cual tumor, se desarrollen en el alma de las personas y, cuando menos te lo esperas, ya es demasiado tarde para operar. 

Por suerte o, mejor dicho, por pura Misericordia, para Dios, mientras hay vida, nunca es demasiado tarde. Dios ama la libertad, y la ama tanto, que no violenta nuestra voluntad aun cuando a pesar de tener toda la información, toda la divina enseñanza, todo el ejemplo de los santos y todas las señales y advertencias, elegimos dejarnos llevar por las tentaciones del mundo, el demonio y la carne, en cualquiera de sus manifestaciones.

Respecto a la serie, lejos de mí obligar a nadie a nada, pero si podemos dar algún consejo, nuestra recomendación es que antes de ver un capítulo de The Chosen compruebes cuánto tiempo dura y, después, en lugar de verlo, emplees ese tiempo en leer el Evangelio, meditar el Via Crucis o, como dice Jesús en Mateo 6, 6, “entra en tu aposento, corre el cerrojo de la puerta, y ora a tu Padre que está en lo secreto”. Estoy seguro de que así conocerás de Verdad a Jesús, en su Humanidad y Divinidad, y le sentirás más cercano que nunca.