08. Profecías/Visiones Ana Catalina Emmerick (Parte 2)

En este programa vamos a continuar hablando de las profecías de los Últimos Tiempos de la beata Ana Catalina Emmerick, esta vez centrándonos en aquellas visiones que hablan de la Gran Tribulación, el periodo en que se producirá la persecución del Anticristo hacia todo aquello referente a la Iglesia de Cristo.
Iluminando lo escondido
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08. Profecías/Visiones Ana Catalina Emmerick (Parte 2)
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Iluminando lo escondido

Buenas a todos una vez más a Iluminando lo Escondido. En este programa vamos a continuar hablando de las profecías de los Últimos Tiempos de la beata Anna Catalina Emmerick, esta vez centrándonos en aquellas visiones que hablan de la Gran Tribulación, el periodo en que se producirá la persecución del Anticristo hacia todo aquello referente a la Iglesia de Cristo.

Como ya comentamos en la 1ª parte, en estos Últimos Tiempos habrá una escisión de la Iglesia: por un lado estarán aquellos que renegarán de la Fe, tanto almas consagradas a Dios como laicos, y estos se unirán a los perseguidores de Cristo. Por otro lado, en número bastante inferior, estarán aquellos que permanezcan fieles a la doctrina católica. Ana Catalina lo vio de la siguiente forma: 

“Tuve todavía una visión sobre la gran tribulación, bien en nuestra tierra, bien en países alejados. Me pareció ver que se exigía del clero una concesión que no podía hacer. Vi muchos ancianos sacerdotes y algunos viejos franciscanos que ya no portaban el hábito de su orden y sobre todo un eclesiástico muy anciano llorar muy amargamente. Vi también algunos jóvenes llorar con ellos.” 

“Vi a otros, entre los cuales todos tibios, se prestaban gustosos a lo que se les demandaba.”

Recordando también lo que vimos en la 1ª parte, Ana Catalina vio cómo Roma sería tomada por los enemigos de Cristo, por tanto, la sede central de la Verdadera Iglesia ya no estará allí, es decir, habrá de ser trasladada. Así lo vió Ana Catalina:

“Vi la Iglesia de San Pedro que un hombre pequeño llevaba sobre sus hombros; tenía algo de judío en los trazos del rostro. El asunto parecía muy peligroso. María estaba de pié sobre la iglesia en el lado norte y extendía su manto para protegerla.”

“Ese hombrecito parecía sucumbir. Parecía ser todavía laico y yo lo conocía”

“Los doce hombres que veo siempre como nuevos apóstoles debían ayudarle a llevar su carga: pero ellos venían demasiado lentamente. Parecía que él caería bajo el peso de la carga, entonces, finalmente, llegaron todos ellos, se pusieron debajo y numerosos ángeles vinieron en su ayuda. Eran solamente los cimientos y la parte posterior de la iglesia (el coro y el altar), todo el resto había sido demolido por la secta y por los servidores de la iglesia mismos.”

“Ellos llevan la Iglesia a otro lugar y me parece que varios palacios caían ante ellos como campos de trigo que se cosechan.”

Este traslado de la Iglesia fue explicado por Jesús a la misma Ana Catalina:

“Él dijo, entre otras cosas, que esta translación de la iglesia de un lugar a otro significaba que ella estaba en completa decadencía, pero que reposaba sobre esos porteadores y se revelaría con su ayuda”

Vemos cómo todo ello sucederá en medio de grandes Tribulaciones, no sólo en materia de Fe sino que también numerosos desastres ocurrirán en el mundo, consecuencia de los pecados cometidos en un lugar determinado que se extienden por todo el mundo:

“Veo planear sobre ciertos lugares y ciertas ciudades, apariciones espantosas que les amenazan con grandes peligros o incluso con una destrucción total. Veo tal lugar derrumbarse de alguna manera en la noche: en otro, veo la sangre correr a ríos en las batallas libradas en el aire, en las nubes.”

“Y estos peligros, estos castigos, no los veo como cosas aisladas, sino que los veo como consecuencias de lo que pasa en otros lugares donde el pecado estalla en violencias y en combates encarnizados, y veo el pecado devenir la vara que golpea a los culpables.”

Sin embargo, en todos estos lugares contaminados sigue habiendo gente fiel a Dios, ya que de esta manera lo vio la beata:

“De estos focos de corrupción, veo derrames y cenagales extenderse a través del país como canales envenenados y veo en medio de todo esto a gentes piadosas en oración, las iglesias donde reposa el Santo Sacramento, los cuerpos innumerables de santos y bienaventurados, todas las obras de virtud, de humildad, de fe, ejercer una acción que sofoca, que apacigua, que detiene el mal, que ayuda donde hace falta”

En otras visiones, Ana Catalina es llevada a muchos lugares, tanto de su propio país, Alemania, pasando por ciudades como Munich y Paderborn, como de otros lugares europeos como Praga, los Alpes austriacos, Venecia, Milán y Silicia; lugares en los que veía mucha corrupción y personas buenas y piadosas que vivían escondidas.

Pero los lugares que más se destacan son Roma, Viena, París, España e Irlanda.

De Roma ya hemos visto qué cosas le esperan en cuanto a la Fe, que traerán consigo las siguientes consecuencias: 

“He visto en esta villa (Roma) terribles amenazas viniendo del Norte.” 

“¡Oh ciudad, oh ciudad (Roma)! ¿de qué estás amenazada? La tormenta está próxima. ¡Manténte en guardia! Pero espero que permanezcas inquebrantable.”

“Vi a Roma en un estado tan deplorable que la menor chispa podía prender fuego por todas partes.”

Esta misma tormenta que llegará a Roma, pasará antes por Viena y Ana Catalina nombra otro evento importante que ocurrirá en la ciudad austriaca:

“Cerca de esta iglesia (haciendo referencia a la catedral de Viena), vi a muchas personas distinguidas, entre las cuales varios extranjeros, con delantales y paletas de albañil. Parecían enviados ahí para demoler esta iglesia que estaba cubierta de pizarra. Todo tipo de personas del país se unían a ellos: había incluso sacerdotes y religiosos.”

“De golpe, una llama partió la torre, se extendió sobre el tejado y parecía que todo se iba a consumir. Pensaba yo entonces en el ancho río que pasaba por uno de los lados de la ciudad, preguntándome si no se podría con su agua apagar el fuego. Pero las llamas hirieron muchos de los que habían puesto su mano en el trabajo de demolición: las llamas los cazaron y la iglesia continuó de pié. Sin embargo vi que no se salvaría más que tras la gran tormenta que se aproximaba.” 

“Este incendio, cuyo aspecto era espantoso, indicaba en primer lugar un gran peligro, en segundo lugar un nuevo esplendor de la Iglesia tras la tempestad”

También tuvo visiones de París, en las que Ana Catalina Emmerick vio que el mal ya iba a sus anchas y estaba muy avanzado, gracias a unos diablos que se encargaban de ello.

Pasemos a hablar ahora de las visiones que hacen referencia a España, que son realmente impactantes:

“Después fui a la patria de Francisco Javier (España), porque yo viajaba en la dirección del poniente. Vi allí numerosos santos y vi el país ocupado por soldados rojos”

“Vi finalmente a los enemigos del interior avanzando por todos los lados y aquellos que atizaban el fuego arrojados ellos mismos a la hoguera.”

“Vi enormes abominaciones extenderse sobre el país. Mi guía me dijo: «Hoy Babel está aquí». Y vi por todo el país una larga cadena de sociedades secretas, con un trabajo como en Babel, y vi el encadenamiento de estas cosas, hasta la construcción de la torre, en un tejido, fino como una tela de araña, extendiéndose a través de todos los lugares y toda la historia: el producto supremo de esta floración era Semiramis, la mujer diabólica.”

“Vi destruir todo lo que era sagrado y la impiedad y la herejía hacer irrupción.”

“Había una amenaza de guerra civil próxima y de una crisis interior que iba a destruirlo todo.”

Después de pasar por España, al que hace referencia como “desgraciado país”, fue conducida a Irlanda, concretamente a la isla donde estuvo San Patricio, y vio que solo habían católicos, pero muy oprimidos. El resto del país estaba lleno de miseria, vicios maniobras abominables y se encontraba dividido en dos bandos que estaban próximos a una guerra.

Como hemos podido ver, en todos los lugares a los que es conducida Ana Catalina encuentra desolación. No obstante, no solo hay mal en ellos:

“Veo por encima de cada país un mundo de luz que representa todo lo que se ha hecho por él por los santos, hijos de ese país, los tesoros de gracia de la lglesia que ellos han hecho descender sobre él por los méritos de Jesucristo. Vi por encima de iglesias devastadas planear iglesias en la luz, vi a los obispos y los doctores, los mártires, los confesores, los videntes y todos los privilegiados de la gracia que han vivido allí: entro en las escenas donde figuran sus milagros y las gracias que ellos han recibido, y veo las visiones, las revelaciones, las apariciones más importantes que ellos han recibido: veo todas sus vidas y sus relaciones, la acción que han ejercido de cerca o de lejos, el encadenamiento de sus trabajos y los efectos producidos por ellos hasta las distancias más alejadas”

Por último me gustaría compartir una visión muy bonita que tiene Ana Catalina sobre el Santo Rosario, arma fundamental en estos Últimos Tiempos para combatir a satanás y que es tan odiada por los enemigos de la Iglesia:

“Los diversos Ave María eran estrellas formadas por cientos de piedras preciosas sobre las cuales los patriarcas y los ancestros de María estaban figurados en escenas que se relacionaban con la preparación de la Encarnación y con la Redención. Así, este rosario abrazaba al cielo y la tierra, Dios, la naturaleza, la historia, la restauración de todas las cosas y del hombre por el Redentor que ha nacido de María; y cada figura, cada materia, cada color, según su significado esencial, era empleado para la realización de esta obra de arte divino.”

Le pedimos al Espíritu Santo la fortaleza y la paciencia para soportar todos los sufrimientos y un Amor que nos lleve a entregar la vida por Cristo. Así sea. Amén.